jueves, 2 de enero de 2020

Los padecimientos de Erasmo


Un rasgo destacado y poco conocido de Erasmo es el de su frágil salud, hecho que le obligó a tener que hacer frente a lo largo de toda su vida a numerosos contratiempos en el aspecto físico.
Sin ir más lejos, la redacción de su obra Elogio se debió a un ataque de riñón que le imposibilitó su salida de casa durante una semana. Su idea inicial era un mero entretenimiento. “Distraerme del dolor que me aquejaba” dice posteriormente en un escrito sobre aquello días. El manuscrito agradó mucho a sus más allegados y decidió su posterior publicación. 



Una de las enfermedades más pesadas que soportó fue la dispepsia (indigestión). Estaba causada, generalmente, por el pescado impuesto durante los días de ayuno. Por necesidad más que por deseo (su origen era humilde) tuvo que suscribirse a una dieta refinada y muy envidiable. Un borgoña debía acompañarle siempre para avivar su sangre (aunque si el vino estaba un ápice avinagrado, su estómago se resentía) y carne fresca, recién obtenida del animal. Reuma y el mal de piedra también fueron compañeras del erudito. 
El viento le perturbaba muchísimo, hacía tambalear su salud de una manera alarmante. Igualmente, el frío lo atizaba hasta lo más profundo de su esqueleto. En prácticamente todos los retratos suyos está revestido por un ejército de densas y peludas prendas, con su correspondiente birrete. El humo de las estufas para combatir el nocivo frío saturaba sus pulmones. 
Como ejemplo radical de su quebradiza condición física, Erasmo no podía utilizar las habituales astillas untadas con resina para iluminarse durante sus largas horas de estudios nocturnos. Desprendían demasiadas toxinas para su respiración. Muy preferibles las velas de cera, también resultaban más caras. 
Su delicada salud le otorgó un temperamento que le acompañó siempre, y no le impidió convertirse, frente a las presiones de católicos y protestantes, en la personalidad del momento: Príncipe del humanismo y primer faro intelectual de la Europa moderna.
Bibliografía:
Zweig, S. (2006): Erasmo de Rotterdam. Triunfo y Tragedia, Paidós Testimonio, Madrid.

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