lunes, 25 de noviembre de 2019

Erasmo, erasmismo y Humanismo en España

 Sería erróneo definir el Humanismo como paradigma y núcleo de las innovaciones renacentistas que si, en parte, era útil para la Italia del quattrocento, no lo será para la España del siglo XVI. En esta coyuntura histórica, el Humanismo será asimilada por la clase intelectual, a través de las ideas de Erasmo, que florecieron con fuerza en la década de 1520 en la Universidad de Alcalá. Sus obras fueron traducidas al español y leídas compulsivamente por los "hombres de letras": Querela pacis apareció con el título de Querella de la paz en 1520 (Sevilla); en 1526 se publicó en Alcalá una traducción del Enchiridion, y las traducciones de los Coloquia empezaron a ver la luz en la Península en 1527. Pero no es sólo Erasmo el que influye en la élite cultural e intelectual española. Cabe recordar en esta breve aproximación el Diálogo de la dignidad del hombre (1546), de Fernán Pérez de Oliva, que, siguiendo la doctrina de Giovanni Pico della Mirandola, ofrece una visión optimista que subraya más las posibilidades que las limitaciones del ser humano.
Pero si todas estas corrientes del pensamiento, valoradoras del hombre, aparecen con fuerza en el ambiente cultural, los rasgos propios del Renacimiento serán más intuidos y deseados que realmente asumidos.
(Hans Holbein Erasmo de Rotterdam)



Como señalara en su clásico estudio Marcel Bataillon, la corriente erasmista representa una de las posiciones más significativas del Humanismo español de la primera mitad del Quinientos. El erasmismo pretendía una religiosidad más personal y culta, evangélica, sin excesos jurídicos y externos, rituales y ceremonias. Como método, el ideal de Erasmo consistía en conjuntar la piedad y tradición cristiana con los saberes humanistas (studia humanitatis) , aplicados a los autores antiguos, la Sagrada Escritura y los Santos Padres. En esto coincidía con los propósitos fundacionales de ls Universidad de Alcalá, y por ello Alcalá constituyó uno de los focos difusores de su influencia. Aunque el propio Erasmo había sido invitado por Cisneros en 1516 a colaborar en la Biblia Plolíglota declinó el ofrecimiento, lo que no impidió una rápida difusión y traducción de sus obras. Entre ellas la del Enchiridion o Manual del caballero cristiano (1525), en sugestiva versión de Alonso Fernández de Madrid, arcediano de Alcor. También fueron traducidos los Coloquios, que tuvieron una amplia difusión entre 1526 y 1536, tanto en su original latino como en traducciones. Por su temática social y religiosa, estos diálogos fueron un destacado vehículo para la recepción del pensamiento de Erasmo. En España, pues, el erasmismo entró por la puerta grande: la Universidad, la imprenta, los altos círculos cortesanos, eclesiásticos e intelectuales; y su incidencia resultó muy considerable.
Mantenían contactos con Erasmo los secretarios del emperador Carlos V, Gattinara y Alonso de Valdés. Fueron sus valedores el Arzobispo de Toledo, Fonseca, y el cardenal de Sevilla e Inquisidor General Alonso Manrique; así como los secretarios de dichos prelados, el humanista Juan de Vergara y el teólogo Luis Núñez Coronel. Se conservan cartas de Carlos V y del Papa Clemente VII en su favor. La red de amistades y correspondencia alcanza a Luis Vives, Diego Gracián de Alderete, Pedro y Cristóbal Mexía y profesores diversos de Alcalá y Valladolid... Todavía en 1527 Erasmo volvería a ser invitado a España por el arzobispo Fonseca. Existían, no obstante, sectores antierasmistas entre los teólogos escolásticos y el clero regular.
Entre los erasmistas castellanos podemos destacar las egregias figuras de Alfonso de Valdés, Juan de Valdés y Juan de Vergara. De Valencia provienen una serie de humanistas de formación parisiense y proyección europea en buenas relaciones con Erasmo. Entre ellos destaca Juan Luis Vives, instalado en la ciudad flamenca de Brujas. Mientras tanto, en los territorios valencianos se promoverán frecuentes traducciones literarias y espirituales de Erasmo, hasta su condena por la Inquisición local en 1537

Bibliografía:
De la Cierva, R. (2004): Historia Total de España, Editorial Fénix, Madrid.
Domínguez Ortiz, A. (1998): "Tomo 5: El siglo de oro. Siglo XVI" en Historia de España, Planeta, Barcelona.
Fusi, J.P. (2016): Historia mínima de España, Turner, Madrid.

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